En el fondo de tu espalda

 

Crees que sería posible volver al momento en que toda tu vida se hacía pedazos
Al lugar de los espejismos,
A las risas que se oían detrás del telón
Al camino que aparece solo si lo recorres hacia atrás.
Desandas un pasado como el que nada en un mar incierto
Que nunca te encuentras tal y como lo dejaste,
Me aprieta la idea de caer de nuevo,
Algo inevitable me empuja
Sé que la lucha será en vano,
Pues mi casa ya no tiene puertas
Tampoco me parece ya tan malo.
Crees que seguirán las flores en el mismo lugar que nos vio separarnos ese día
Te traigo una entre las páginas de un libro
(Los tesoros más preciados hay que esconderlos entre las joyas).
Me pregunto si estará marchita o seguirá tan azul
Como la tarde en que todo explotó
Sin un aviso
Ni una dirección de huida donde encontrarte
Una despedida rápida
O una sola palabra que me atase.
Ahora todo tiene forma de divergencia
De universo vuelto del revés
Camino a ciegas, subido por las paredes
La falta de gravedad me impide regresar al suelo
Pero esa realidad, que no es más que una desconexión,
Un corte en el cordón umbilical que me ataba a tu vientre,
Al menos me mantiene vivo.
Tengo en el ombligo una cicatriz imprudente,
Un vacío negro, la marca de unos dientes
Tengo escritas a rojo todas las acepciones de la palabra deseo.
Antes del final ocurrió un desfallecimiento
La pausa indefinida que anuncian al regresar los moribundos
Un caer constante sin fecha de regreso
Aire viciado, un pasillo frío, un escape lejos al lugar que me mata con todas sus fuerzas.

Esquirlas que me pertenecen, clavaditas en el fondo de tu espalda.

Crees que se podría alterar lo inevitable
Si en lugar de hablar nos callamos
Y ponemos un límite a la geografía
Que no exceda el contorno de tus manos
Somos pequeños y nuestras ambiciones quizá demasiado grandes
Necesito partir el muro aunque no estés al otro lado
Por el puro placer de despellejarme las manos de nuevo
Dejar un rastro de mi paso
Volverme humano después de tanto
Y contarle al que pase que el muro es lo blando
Que esto que sucede no tiene un motivo,
Que se puede aprender a apreciar la caída
Porque lo que duele tanto
Nunca es el golpe
Lo verdaderamente duro es ver al fracaso romperse contra el silencio.

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