¿Qué es Volt? Entrevista a Chema Larrea

Artículo publicado en Beers&Politics

Hace unos días, Reino Unido consumó su desconexión de Europa, poniendo fin a 45 años de alianza continental. El portazo resuena todavía en Westminster entre gritos de júbilo, lamentos, recuerdos de dimisiones y una sensación de fracaso político para la mitad de los británicos, que ven en el Brexit un salto al siglo XX. Pero el Brexit no tiene vencedores. Por la grieta que abre el  Reino Unido se asoman hoy eurófobos y euroescépticos, partidarios de ese mismo referéndum, pero a la europea. Sin Reino Unido, Europa es menos Europa. Pero en ese tambaleo, surge una idea: la de regresar a Schuman, a Gasperi y a Adenauer desde la modernidad, de reunificar y dar más fuerza al proyecto retomando los Estados Unidos de Europa en oposición al populismo, el nacionalismo, la extrema derecha y el fracaso de los partidos tradicionales.

Así nace Volt, de la preocupación de tres jóvenes que ven a Europa paralizada por su propia miopía. En España, el chispazo se produjo el pasado 18 de noviembre, y con él la promesa electrificar Europa. Una única luz para todos. El primer proyecto paneuropeo del siglo XXI predica una visión amplia, joven, reformada y transnacional frente al aislacionismo, el localismo y los muros que levantan (con y sin intención) los partidos tradicionales. Y bajo esta consigna se presentarán a las europeas. Una misma sigla, sin coaliciones ni grupos. Un solo partido de gente dispuesta a refundar Europa con nuevos valores y nuevos retos. Suenan a voltaje, pero también a volteo, y quizá a utopía. Pero en una Europa incapaz de adaptarse, puede que la solución pase por pedir lo imposible.

Chema Larrea, un ingeniero “inconformista dispuesto a cambiar el mundo”, será el rostro de Volt en España, y concede esta entrevista por videoconferencia. Elegido presidente del partido el pasado día 18, asegura que duerme poco, trabaja demasiado pero ninguna de las dos cosas va a pararle. Como 15.000 jóvenes optimistas en Europa, él también ha sentido la descarga.

 

Sonáis a voltaje, a chispazo. Como el chispazo que utilizan los médicos para reanimar pacientes. ¿Necesita Europa reanimación?

Hace unos días, Beatriz Becerra escribió una tribuna que se titulaba “Electrizar Europa”. Iba un poco por ese camino, Volt suena a voltio. También tenemos un color (morado) parecido al de Podemos. Sin embargo, Podemos se define con un círculo, un círculo que siempre se mira a sí mismo, como algo endogámico que empieza y acaba en el mismo punto. Nosotros, al contrario, queremos ser esa chispa que incendie Europa, que expanda esa energía a todos sitios. Crear electricidad para iluminar Europa.

Europa tiene que iluminar el mundo porque con este resurgimiento de los nacionalismos, esa defensa de los Derechos Humanos, de la Igualdad, la Fraternidad se ha desplazado y con Trump,  los Estados Unidos ya no representan eso. Al apartarse de ese camino tenemos que liderar nosotros los Estados Unidos de Europa.

 

Os definís como liberales en lo económico y progresistas en lo social en un momento en el que las socialdemocracias en Europa no viven su mejor momento

Nos definimos como progresistas porque buscamos el progreso, pero más que el progresismo, lo que está en caída es la socialdemocracia. Los partidos socialdemócratas han librado muchas batallas muy importantes; algunas las ganaron, otras se han ampliado y se han extendido hacia otros partidos incluso de otras ideologías. Nosotros queremos ser progresistas. En nuestra Declaración de Ámsterdam hay unas medidas para el progreso basadas en la libertad individual del ciudadano y la generación de riqueza. No es algo incompatible. Se puede generar riqueza y ser más eficaces a través del Estado Inteligente y la digitalización de la administración pública, y también facilitando el emprendimiento con la menor burocracia posible. Todas las ideas que han favorecido el progreso a lo largo de la humanidad han sido ideas universales, nunca locales. Y dentro de esa idea universal, pensamos que la unión hace la fuerza. Que es mejor juntos que separados. Better together.

 

Hacia unos Estados Unidos de Europa

Estamos seguros de que progresaríamos más con un ministro de exteriores de la Unión Europea que pudiera negociar mejor con EEUU, China, Japón, Canadá que con el sistema actual. Somos ciudadanos europeos. Es mejor representarnos como europeos que cada país vaya por su cuenta. Defendemos una Unión Europea federal con un federalismo simétrico, y con derechos y obligaciones.

Otra cosa que ayudaría al progreso sería democratizar más la Unión Europea. Los partidos tradicionales no han sabido articular un acuerdo para elegir un presidente de la UE con carácter ejecutivo con capacidad de tomar decisiones, y que no sea el Consejo el que tenga que tomar  todas las decisiones por unanimidad. Hay naciones que están en contra del proyecto europeo y han estado poniendo palos en las ruedas. Necesitamos una democracia europea militante que se pueda defenderse de estos ataques y estos egoísmos. No todos los ciudadanos están a favor de lo que opina Orbán.

 

¿Creéis que Europa no es realmente democrática?

Es democrática, pero de todos los sistemas que se han probado, este es el menos malo, como dijo Churchill. Las democracias, a diferencia de las dictaduras, permiten que dentro de un Estado de Derecho se puedan crear y modificar y mejorar leyes. Todo ese proceso se puede mejorar. Los partidos nacionales han fallado porque en todos los grupos del europarlamento se votó en contra de estas medidas supranacionales. Los ciudadanos siguen lejos de las instituciones. La mayoría no sabe qué es Europa. Si preguntas por ahí te dirán Erasmus, Fondos FEDER, Euro, la PAC y el libre tránsito, pero Europa es mucho más que eso, y hay que difundirlo. [Difundir] todo lo logrado en estos 60 años de paz. Estamos en el período de la historia de paz más largo. Mis padres no han vivido una guerra, yo tampoco y mis hijos, probablemente, no vivirán una guerra. Es un logro que se ha repetido mucho, pero no por ello hay que dejar de contarlo.

 

Todas las ideologías que componen el Europarlamento se concentran en Grupos, y Volt se presenta con un proyecto paneuropeo queriendo compartir soberanía en un momento político en el que los países siguen siendo soberanos y, además, con unas diferencias muy grandes norte-sur en temas clave como inmigración, por ejemplo. Teniendo en cuenta los grandes retos como el feminismo y la pobreza, ¿cómo se gestiona que una UE unida no se resquebraje por diferencias norte-sur?

 Por eso tiene más sentido un partido paneuropeo que en una coalición de partidos. Las coaliciones están unidas por interés para formar el grupo parlamentario. Nosotros hemos nacido desde el principio siendo europeos. Las mismas ideas, las mismas siglas, el mismo programa. Y lo que hemos hecho en Volt es que nos hemos puesto de acuerdo en cómo tiene que ser la inmigración o la reestructuración de la deuda. Nos hemos puesto de acuerdo gente del norte, alemanes, finlandeses, holandeses y gente del sur, de España, Portugal, Italia, Grecia, defendiendo el lead by example [liderar mediante el ejemplo]. Lo que decimos, lo cumplimos. Si lo hemos conseguido nosotros, también se puede lograr a nivel europeo.
Poniendo como ejemplo de la unificación fiscal, ahora mismo, la deuda pertenece de cada país. Tenemos moneda común pero las deudas, sin embargo, son de cada país. Si unificáramos toda esa deuda como una única deuda europea, habrá países que pierdan un poco, como Alemania, y otros que ganarán, como Grecia. Lo aceptamos. Pero aunque eso pueda generar fricciones a corto plazo, a medio y largo plazo será mucho mejor para la economía y la vida de los ciudadanos.

Esto ya ocurrió en EEUU cuando diseñaron la unión fiscal uniendo las deudas de todas las colonias. Nosotros abogamos por esa unión fiscal. Habrá gente que esté en contra de eso, pero no puede ser que tengamos una moneda común y economías por separado. Habrá países que tengan que apoyar bajo un principio de solidaridad que ya está recogido en la UE actual, y países que tendrán que ser ayudados para que no se queden atrás.

 

Al fin y al cabo, el euro nació para equilibrar económicamente a los estados miembros al alza, aunque el resultado ha sido más una Europa a dos velocidades. Lo que tratáis de hacer es un relanzamiento de los países más deprimidos, pero ¿cuánto tiempo estimáis necesario para hacer tabula rasa y llegar todos al mismo nivel? Porque es una idea bastante grande

Somos conscientes de que será un proyecto grande y con enormes dificultades, pero como decía Galeano “la utopía sirve para caminar”. Habrá cosas que logremos más a corto plazo, y otras que tardaremos más. Pero lo que hemos decidido desde el principio es trabajar a nivel paneuropeo, marcarnos unos objetivos a medio y largo plazo para avanzar. En mayo nos presentaremos a las europeas, pero también tenemos intención de presentarnos a las generales porque para cambiar los tratados de la Unión es necesario estar dentro como estados miembros.

Que hay una Europa a dos velocidades y unas diferencias norte-sur, está claro. Pero mirando el mundo como algo global, no vamos a solucionar el problema si Bélgica va por un lado y España por otro. En inmigración, por ejemplo, defendemos una frontera común que tenga más medios económicos y humanos y una gestión mejor para dar una respuesta unificada, no que cada país gestione lo suyo. O vamos todos juntos, o se resquebraja la UE. Y así, volvemos a la Europa de los años 30, con vallas y pasaportes. ¿Podría España solucionar el drama de la inmigración sola? No. Nosotros buscamos una solución emulando las mejores prácticas, en este caso como el modelo de Canadá, trabajando en origen. Creemos en una Europa solidaria con procesos de acogida controlada. La inmigración, en términos generales, es buena. Y por miedo a lo desconocido no podemos cerrar las fronteras.

En ese paneuropeísmo, que es un paradigma político en Europa, ¿qué cantidad de competencias se compartirán para crecer como una unidad? ¿Una cesión parcial o  completa?

Nosotros buscamos un federalismo simétrico. Cuando se fundó la Unión Europea, Adenauer, Schuman, Gasperi, ya dijeron que el objetivo último de crear unos estados unidos de Europa era acabar con el estado-nación y llegar a un estado supranacional para evitar otro desastre. No se trata de cambiar el nacionalismo de país por el nacionalismo Europeo. Vemos la UE como un paso más. Creemos que juntos es mejor y esto es un paso más hacia una unidad mayor.

Sobre qué ceder, en la carta de Ámsterdam, planteamos la digitalización, que Macron anunció casualmente una semana después de lanzarlo nosotros. Guy Verhofstad también nos ha propuesto unirnos a ALDE, pero creemos que tenemos que caminar solos y apostar por nuestra idea de partido único para toda Europa, sin entrar en el juego de la vieja política y no casarnos con nadie. También proponemos un ejército común europeo. Algo que no es tan lejano. Ahora mismo, los países colaboran militarmente en misiones internacionales. Un ejército europeo conllevaría menor gasto en defensa para cada Estado y esa liquidez podría dedicarse a políticas sociales. La tercera pata es un ministerio de exteriores único, una gestión común de fronteras y una fiscalidad común que unificara los modelos y evitara los pseudo paraísos fiscales, las diferencias de impuestos de sociedades, etc. Pertenecemos a la misma Unión pero tenemos 27 sistemas fiscales distintos, y eso acaba generando desequilibrios que benefician a unos y perjudican a otros. Es como si jugásemos un partido de fútbol y a un jugador se le permitiera correr con el balón en la mano. No es justo.

Nuestro objetivo a medio-largo plazo es ver qué propuestas son más eficientes. Además, está demostrado que cuando las cosas se gestionan desde Europa, la corrupción a nivel local disminuye.

 

Sois conscientes de que esto va a necesitar un sacrificio y un compromiso político bestial para lograr todas esas políticas europeas comunes.

De los cinco desafíos que hemos planteado, el más importante es el de la reforma de la UE. Queremos dar una vuelta al sistema que pasa, primero, por eliminar la regla de unanimidad que hoy frena la labor legislativa de todo un continente y, luego, por crear un gobierno europeo votado por todos los europeos, con un presidente y un primer ministro con capacidad de tomar decisiones y un parlamento con capacidad legislativa a nivel global.

 

Enrique Calvet dijo en vuestra asamblea fundacional que “el futuro son los jóvenes”. ¿Europa es vieja?

 No siempre estamos de acuerdo con lo que dice todo el mundo. Yo no creo que el futuro son los jóvenes. Yo creo que somos el presente. Es muy paternalista hablar así del futuro. Las reformas hay que hacerlas ahora, y eso es lo que queremos en Volt. Somos el único partido que tiene un programa europeo único para estas elecciones. Macron y Alde, que han leído nuestro programa,  han dicho “mira que buena idea han tenido”, pero ninguno tiene programa. En España, los partidos están pensando en Andalucía, en el ahora. Nosotros vamos más allá. A los tradicionales, los árboles no les dejan ver el bosque.

Pensamos a lo grande. Queremos electrificar Europa y como hizo Schuman en 1950 con la Declaración, hacer una declaración para el siglo XXI con los retos que tenemos que aceptar como ciudadanos europeos. Si Europa va lenta es porque los ciudadanos han votado a partidos que no quieren una Europa rápida, quizá porque va contra sus intereses. Si pasas por el Europarlmento, los diputados socialistas, de Podemos o de Ciudadanos, todos son europeístas, pero si les preguntas por qué no defendéis tal cosa, te responden “no, es que si lo hacemos perdemos votos a nivel local”. Eso es un pensamiento localista, y así no puede avanzar la UE.

En los 15 últimos años no hemos avanzado. Al revés. Hemos perdido a Reino Unido. ¿Qué han hecho nuestros eurodiputados que representan, no a su país, sino los intereses de todos los europeos? ¿Qué han hecho para evitar el Brexit?

Como Emile Zolà, yo también acuso. Acuso a los partidos que han estado gobernando y son en parte responsables del Brexit. No son los culpables, pero sí responsables. No soy equidistante. La culpa es de los ingleses, de Cameron, pero parte de la responsabilidad es de los eurodiputados.

 

¿Cómo sería la respuesta en una Unión Europea gobernada por Volt si ocurre, por ejemplo,  lo que está sucediendo ahora mismo en Italia con los presupuestos de Salvini?

No sería posible. En una Europa gobernada por Volt no habrían presupuestos de Italia, ni presupuestos de España. Los ministerios de economía de cada país cederían competencias a un ministerio de economía europeo que gestionaría esa economía y esos presupuestos con una visión de conjunto.

Tenemos ideados tres super ministerios: el de Defensa, el Exteriores y el de Finanzas. Con un ministerio de Finanzas único, el BCE tendría capacidad para adelantarse a las crisis y repartir la  inversión. Existen muchas diferencias entre el norte y el sur. Un ministerio como este permitiría redistribuir inversiones para acabar con la despoblación, con el paro, en esas regiones que están más necesitadas que otras donde no hace falta tanta inversión.

En España vivimos con la preocupación de si el Estado podrá pagar las pensiones. Pero quizá en un futuro las pensiones no las tenga que pagar España, sino Europa. Cediendo soberanía podríamos mitigar muchos problemas.

 

Y tener algo más de transparencia

Claro. Cuanta más transparencia hay, más difícil será hacer cosas raras.

 

Para Volt, el remedio para la eurofobia y el euroescepticismo es…

Una mejor Europa. Tenemos muchísimas ganas, mucha fuerza de juventud, que, sin ser ingenuos ni como dice Miguel Ángel Quintana Paz, un “europeísmo ñoño”. Es un europeísmo que ha pensado en los problemas y en las soluciones. No es que tengamos la solución para todo, pero tenemos que empezar a tratar a los ciudadanos como adultos. No hacer como ha ocurrido en el Brexit, que muchos han dicho “votad, que no va a pasar nada, y no solo no nos vamos a ir de la UE, sino que la Unión Europea nos va a pagar la fiesta”. Ya se ha visto el resultado, pero mentira tras mentira, los diferentes líderes han ido saliendo. El que ofrece soluciones fáciles solo pretende engañar.

Nosotros queremos una ciudadanía formada e informada capaz de tomar decisiones. Esta nueva política que considera que los ciudadanos no saben nada no puede ser. Somos ignorantes, pero no somos ignorantes en las mismas cosas. Y no hay que menospreciar a toda esa gente que no ha tenido formación universitaria. Hay gente con mucha experiencia en la gente que vive en las zonas más pequeñas, y esa experiencia es un valor. Es una sabiduría enorme.

La infantilización de la política que promueve el populismo puede combatirse. Nuestro mensaje es  nuevo, renovador, sexy pero con sentido y una una gran base ideológica. Si rascas detrás, hay un discurso armado, con gente formada ayudándonos muchísimo a llegar a más gente.

 

Volt nació en la Latina.

 En España, sí. En un bar. Hace unos meses, vi que un amigo colgó en su Facebook algo de Volt. Le pregunté, pero no me contó mucho, y me puse a investigar. Era el 28 de diciembre de 2017. Unos días después fui con un conocido a una reunión. Éramos 4 personas, el fundador Andrea Venzon, y el vicepresidente europeo. Nos contaron sobre los inicios, sobre el Brexit, sobre que el proyecto europeo se moría por el inmovilismo de los partidos tradicionales, y que ya era el momento de montar unos estados unidos de Europa y un partido paneuropeo. Allí supe que ya estaban en varios países —Alemania, Rumanía, República Checa, Alemania, Francia, Italia—, y veían España como un país principal.

 

Dicen que queríais llamaros VOX

 Al principio, sí, pero si la idea era tener el mismo nombre en toda Europa, no podíamos teniendo en España a VOX. Además, abogamos por una Unión real, de compartición, de libertad, de inmigración… VOX aboga por lo contrario. Al igual que Podemos, son antieuropeístas. No hay que olvidar que Podemos votó en el europarlamento por un mecanismo para que los países pudieran  salir de la UE, para que España pudiera salir del euro. ¿Eso es europeísmo?

El discurso de VOX es “España primero”, “levantar fronteras”. No sé los conocimientos que tiene de economía Santiago Abascal —que no ha trabajado en su vida— pero en España, que vive del turismo y de las exportaciones, si salimos de la UE, toda esa gente se quedaría en la calle. Podemos y VOX están pidiendo el Brexit español. No están diciendo la verdad, y frente a estos populismos hay que hablar claro. Hay que decirle a la gente que les están mintiendo. Y decir “os están mintiendo, os van a dejar sin trabajo y vais a estar en sus manos para sus intereses”. No es posverdad, es mentira.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *