Idénticas soledades

Eran la simetría
De dos soledades idénticas.
Algo parecido
A la luz de una película
Atrapada en el anverso y el reverso de una sábana.
O a esas ciudades enormes
Que no dejan de tragarse las vidas
De aquellos que viven como inertes, a la espera
De encontrarse.

Justo antes de que amanezca,
Se arrebuja adivinando a personas
Entre el ruido amortiguado en la ventana,
El vidrio frío
Las ganas fuera
Como una madrugada que acaba
Sin más calor que el de los dedos extraviados
De la persona que camina contigo
Acariciándote inconscientemente.
Ella era imprecisa, indecisa y errante
Como un mar de verano
Sorprendido por un temporal.
Él fingía siempre el fin del mundo
Escribiendo en un cuadernito
Y ventilaba las horas esperando algún chispazo
Que provocara la guerra.

A quince pasos, los recuerdos no son nítidos
Queda demasiado lejos
La cama profanada como un santuario
Y sobre la sábana
El dibujo de tu espalda
El alma dúctil moldeada al antojo
De otros brazos que no abrazan
Porque en realidad no queda sitio.
Una sacudida eléctrica al verse
Les recorrió en la espalda de la luna.
Una extraña forma de pertenecerse,
Una huida lejos, aun quietos
Tan quietos
Como fieras marcándose desde de la distancia.
Esa noche descubrieron
Que eran pasajeros provisionales
Y eso
Y una película pendiente
Fue todo su combustible.

Vives en el azul de una prisión de aire
Rogando que los pasillos
No se estrechen.

Yo te miro sin ver
Como un crío recién nacido
Que no necesita la vista
Para reconocer dónde está su casa.

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